Si naciste entre finales de los 70 y mediados de los 80, recordarás que el verano no solo olía a crema solar y cloro. También sabía a horas infinitas de juego, con figuras de acción que pasaban del salón a la terraza, del cubo al lavabo, y de la piscina a la playa. Algunas, las más afortunadas (y nuestras favoritas), venían con un extra: gimmicks pensados para disparar agua, soltar burbujas o cambiar de color como si fueran camaleones de combate.
Hoy nos zambullimos en aquellas colecciones que, entre los 80 y los 90, nos ofrecieron aventuras acuáticas en formato plástico. Coge el manguito, abre el grifo... y prepárate para empaparte a base de bien.